agosto 28, 2025
Cuando hablamos de contenedores de basura grandes nos referimos, en el ámbito urbano y empresarial, a los modelos de 660, 770 y 1100 litros. Son los “clásicos” de 4 ruedas para RSU (residuos sólidos urbanos) y reciclaje, pensados para soportar uso intensivo a la intemperie y facilitar la recogida mecanizada por parte del servicio municipal o gestor privado.
Son ideales cuando un contenedor de 120–360 L se queda corto por volumen o por densidad de residuos. Piensa en comunidades de vecinos, restauración, comercios, polígonos o hospitales: centralizan la gestión, reducen puntos de vertido y mejoran higiene. En nuestra experiencia como fabricantes, estos equipos funcionan como “hubs” de recogida: menos unidades, más capacidad y una operación más fluida.
A nivel de diseño, lo que marca la diferencia es el material (normalmente PEAD/HDPE, muy resistente a golpes, químicos y rayos UV), la norma (p. ej. DIN EN 840, que asegura compatibilidad y seguridad), y detalles como diámetro de ruedas, frenos, tipo de tapa (plana/corredera/amortiguada), cierre y bocas específicas (papel, envases, vidrio). Cuando trabajamos con núcleos urbanos, priorizamos que el contenedor sea estable (geometría que evita vuelcos), hermético al cierre (menos olores y vectores) y visible (colores y rotulación clara).
Señales de que necesitas “subir” a gran capacidad:
En mi caso, cuando un cliente de hostelería nos dice que “a las 20:00 ya está todo lleno”, suelo recomendar pasar a 770 o 1100 L con tapa amortiguada: menos vaciados, menos ruido y mejor higiene.
En ciudad conviven dos grandes operativas: carga trasera y carga lateral. La primera utiliza camiones que elevan el contenedor por la parte trasera mediante un peine o sistema compatible con la norma; la segunda recurre a brazos laterales y contenedores de mayor volumen (a menudo soterrados o de 2400–3200 L).
Por qué la carga trasera gana en cascos urbanos densos (lo que vemos a diario):
La carga lateral brilla en avenidas y barrios de nueva construcción con espacios amplios y ritmos de recogida programados para grandes islas. Si tu municipio opera mayoritariamente con trasera (lo habitual en barrios consolidados), elegir contenedores de 4 ruedas compatibles con trasera minimiza incidencias y acelera la ruta.
Cuando probamos ambos sistemas en un distrito mixto, la carga trasera redujo los tiempos de parada en calles estrechas y evitó bloqueos por doble fila. Para esa realidad, los 1100 L fueron el “sweet spot”.
El PEAD (HDPE) es el estándar por su relación peso-resistencia y su comportamiento a la intemperie. Absorbe impactos, no se oxida y resiste bien químicos habituales en lixiviados. Para usos especiales (zonas con riesgo de incendio, grasas calientes o vandalismo severo), algunos clientes valoran acero galvanizado o híbridos, pero para vía pública y negocios, el PEAD domina.
La DIN EN 840 (familia de normas para contenedores de ruedas) garantiza:
Como fabricantes, nos apoyamos en esta norma para asegurar que cualquier camión de carga trasera pueda levantar nuestros equipos sin “bricolajes” ni adaptadores improvisados.
Detalles que importan y a veces se pasan por alto:
No existe una fórmula única, pero sí rangos orientativos que usamos para dimensionar sin pasarnos ni quedarnos cortos.
Escenario | Recomendación inicial |
---|---|
8–12 viviendas con recogida diaria | 660–770 L |
12–20 viviendas con recogida diaria | 770 L |
20–35 viviendas con recogida 3–5 días/semana | 1100 L |
>35 viviendas o mezcla orgánico+envases | 2×770 L o 1100 L + 660 L |
Actividad | Generación típica | Recomendación |
---|---|---|
Restaurante 80–120 menús/día | Alto orgánico + envases | 770–1100 L (tapa amortiguada) |
Hotel 50–100 habitaciones | Flujos variados | 1100 L + 660 L para reciclaje |
Retail mediano (supermercado) | Alto cartón/envases | 1100 L con boca específica papel |
Evento temporal (500–1000 pax) | Pico concentrado | 2–4×1100 L + plan de refuerzo |
En nuestra práctica, cuando un restaurante nos pide “que no haga ruido por la noche”, proponemos tapa amortiguada y ruedas con freno suave; si hay muchas botellas, añadimos boca circular para vidrio y señalización grande para mejorar la separación.
Truco: si dudas entre dos tamaños, elige el mayor cuando la frecuencia de recogida sea baja o muy nocturna; y divide en dos (p. ej. 2×770 L) cuando la maniobra de acercamiento sea complicada.
Cuando trabajamos con centros comerciales, añadimos boca antirretorno y llave: se reduce el impropio y se mantiene la zona mucho más limpia.
Comunidades y residenciales. Con uno o dos contenedores grandes puedes dar servicio a varios portales. Lo clave es coordinar horarios con la recogida y definir flujos de reciclaje visibles (papel/cartón, envases, vidrio y resto). En portales sin ascensor o patios estrechos, prioriza 1100 L bien ubicados frente a muchos pequeños dispersos.
Hostelería y restauración. Generan alto orgánico y envases. Recomendamos 770–1100 L con tapa amortiguada y, si se compacta cartón, boca específica. Aquí la higiene manda: superficies lisas, plan de limpieza y ruedas en buen estado.
Empresas e industria. Para procesos con embalajes y restos de producción, los 1100 L simplifican logística interna y andenes. Si hay aceites o materiales especiales, considera accesorios y cartelería que eviten impropios.
Eventos y espacios públicos. Son el escenario perfecto para islas de 1100 L con señalización XXL y refuerzos de ruta. Colocar antes de accesos, comida y salidas evita desbordes.
Hospitales y centros comerciales. Necesitan gestión centralizada y diferenciación clara por flujo. Añadir cierres y bocas mantiene seguridad y cumplimiento normativo.
En nuestra experiencia, estos contenedores “grandes” son extremadamente versátiles: de ferias a polígonos, responden siempre que se elija bien tapa, ruedas y señalización.
El salto a gran capacidad trae beneficios medibles:
Cálculo orientativo:
Ahorro ≈ (recogidas semanales antes – después) × (coste medio por recogida).
Si pasas de 7 a 4 recogidas/semana y cada recogida te cuesta 25 €, el ahorro bruto sería ≈75 €/semana. No es ciencia exacta, pero ayuda a decidir.
Nosotros lo vemos cada vez que consolidamos puntos de vertido: menos viajes del camión de carga trasera y menos incidencias por desborde.
Cuando nos piden “que dure y no dé guerra”, mi receta es simple: PEAD con UV, rueda buena, freno fiable y tapa amortiguada. Sale a cuenta.
Un buen contenedor puede durar años si se cuida:
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